La Troika otra vez contra Grecia

Tras siete años de sufrimiento, brutal aumento de desigualdad y pobreza, la Troika (Unión Europea, Banco Central Europeo y FMI) ataca de nuevo a Grecia. Sigue el saqueo del pueblo griego, ahora amenazado por un tercer rescate. El primer rescate de Grecia en 2010 en realidad rescató a bancos alemanes y franceses, pues gran parte de los 110.000 millones de euros facilitados por la Troika (a cambio de una austeridad violadora de derechos) fue para “cubrir necesidades financieras de mayo de 2010 a junio de 2013”. Esas necesidades eran el pago de intereses a bancos, sobre todo. Ahora un tercer rescate de Grecia no augura nada bueno para la gente.

En gran medida por un Parlamento y gobierno griegos dispuestos a tragar lo que impongan los bancos y el Eurogrupo. De nuevo cedió el primer ministro griego, Alexis Tsipras, en la reunión de 7 de abril del Eurogrupo. Otra vez el acuerdo impuesto por la Troika deteriora e hipoteca presente y futuro de los griegos. El tercer rescate busca recortar pensiones, vulnera derechos laborales, rebaja salarios y exige nuevas privatizaciones e impuestos a los más desfavorecidos.

Los acreedores, cuyos intereses defiende una Troika implacable, no cejan de exigir austeridad sin concesión alguna, aunque esta vez Tsipras ha osado decir en una entrevista televisiva que “no aplicaremos medidas si no hay solución para la deuda“. Se refiere a reestructurarla y quizás hacer un quita importante. ¿Plantar cara a la Troika? Si no lo hizo hace siete años con un referendo que le dio el 60% de apoyo ciudadano, ¿se atreverá ahora?

De momento el FMI pide más dureza en las que ellos llaman reformas pendientes. Que la Troika reaparezca aterra a los griegos, visto el precio pagado y el que temen pagar. Para la gente común es la imposibilidad de vida digna. Los pensionistas, que sostienen muchas familias, son víctimas prioritarias del nuevo rescate y, aunque seis de cada diez jubilados griegos ya cobran menos de 650 euros mensuales, los voraces acreedores exigen ‘reformar’ las pensiones. Ven el negocio de debilitar las pensiones públicas y promover las pensiones privadas, nada fiables, por cierto.

¿Y qué hacer ante un paro del 30% según los sindicatos? El nuevo rescate exige facilitar los despidos colectivos y suspender los convenios sectoriales. Más paro porque, aunque se crearan empleos, habrá más precariedad, desigualdad y pobreza, como ha sucedido estos siete años. Y encima los insaciables acreedores han hecho la lista de empresas e instalaciones públicas a saquear, perdón a privatizar, como el aeropuerto de Atenas y 40 centrales eléctricas estatales.

La Troika insiste en que esas medidas son para que Grecia cumpla como deudora, sin apuros, pretendiendo la simpleza de que las deudas son intocables y simplemente se han de pagar. Como si no hubiera habido multitud de reestructuraciones de deuda y quitas desde los tempos de Hammurabí hace 3.800 años. En el enfrentamiento de Alemania contra Grecia por la deuda, que es cuestión de fondo, la Troika olvida además que en 1953 diecinueve estados, entre ellos Grecia y España, perdonaron a Alemania la mitad de su deuda. Más aún, por un generoso acuerdo, Alemania Occidental pagaba intereses de su deuda solo con superávit comercial mensual, además esos pagos nunca serían más del 3% del importe de las exportaciones alemanas. Así la deuda no pesó en la economía, Alemania se recuperó y creció.

Rebajar la deuda de la derrotada Alemania fue decisión política de los vencedores en la II Guerra Mundial, sobre todo de EEUU. Declarada la guerra fría por el presidente Truman en un discurso de marzo de 1947, EEUU decidió que necesitaba una Alemania Federal fuerte en la frontera con Checoeslovaquia, Alemania Democrática y demás países del área soviética.

Años después, continuó la promoción económica de Alemania con la creación del euro, que beneficia sobre todo a ese país. Entonces se aplicaron tipos de interés muy reducidos para que Portugal, España y Grecia, sobre todo, pudieran pedir préstamos a Alemania y así poder comprar sus productos exportados, alimentar una burbuja inmobiliaria nacional e impulsar entonces el crecimiento de Alemania ya reunificada.

Constatado lo anterior, cabe calificar de obscena la actuación con Grecia del Eurogrupo, de Alemania y de la Troika. Ni los gángsteres de los años 20 y 30 del siglo pasado en Chicago fueron tan amorales.

Muros que no han caído

Más de tres mil personas fueron arrestadas y encarceladas al intentar cruzar el Muro de Berlín, pero más de 5.000 lograron pasar al otro lado, aunque 190 murieron en el intento.

En noviembre de 1989, hace veinte años, dejó de haber Muro y ahora ha habido una entusiasta e internacional celebración del aniversario de ese hecho en Berlín. Y realmente es motivo de celebración, pues el Muro no sólo fue símbolo y exponente de la guerra fría, sino ignominia, además de estúpido y criminal error.

En la celebración, se han pronunciado renovados votos por la libertad y la democracia y la canciller alemana, Ángela Merkel, proclamó que «juntos pudimos derribar el Muro y ahora está en nuestra mano superar las fronteras de nuestro tiempo». Muy hermoso.

Pero uno teme que lo que continúa imperando es la doble vara de medir de este contradictorio y a menudo mentiroso mundo desarrollado democrático.

Dejando para otra ocasión abundar en que el muro de Berlín no fue derribado por ninguna heroica acción ciudadana colectiva ni por los servicios secretos occidentales, sino por una confusión de capitostes de la RDA más una casualidad burocrática, lo cierto es que la celebración del aniversario de la afortunada desaparición del muro de Berlín no puede ocultar que hay otros muros. No tan terribles como el de Berlín, pero vergonzosos. Y nadie habla de esos muros.

Acaso el más ignominioso sea el alzado entre Cisjordania e Israel. Empezó a construirse en 2002 y cuando finalice serán más de 700 kilómetros de bloques de cemento de 8 metros de altura, altas vallas y alambradas. En algunos puntos, ese muro entra en territorio palestino (ya no fronterizo) para “proteger” asentamientos israelíes ilegales. Aparte de otras violaciones de derechos, este muro separa pueblos, divide familias y complica lo indecible la vida cotidiana de los palestinos.

Otro muro bochornoso es el que Marruecos construyó en el Sahara Occidental contra la movilidad de los saharauis. Son 2.700 kilómetros de tres construcciones escalonadas en tres tramos. Es el segundo muro más largo después de la histórica Muralla China.

Y para defender la mayor reserva petrolífera mundial, Arabia Saudí fortifica un muro de 9.000 kilómetros fronterizos. Un muro de alta tecnología con barreras físicas por largos tramos, vigilancia por satélite, cámaras, radares, sensores electrónicos, centros costeros y aviones. Y en zonas lindantes con Yemen, una amplia red de sacos de arena y tubos rellenos de cemento como obstáculos.

Estados Unidos ha levantado un muro metálico de un millar de kilómetros en los 3.200 de frontera con México. En algunas zonas hay tres vallas metálicas paralelas de hasta 5 metros de altura. Y en toda la frontera, detectores infrarrojos, cámaras, radares, sensores de tierra y torres de control. Este muro va costando 2.400 millones de dólares y se alza para impedir entrar a centroamericanos y mexicanos que quieren trabajar en Eldorado del norte.

España también tiene su muro: vallas alambradas triples en Melilla y Ceuta, ciudades españolas fronterizas con Marruecos. Se construyeron para impedir entrar a magrebíes y subsaharianos sin permisos. Tienen más de 8 kilómetros en Ceuta y 12 en Melilla y ambas, hasta seis metros de altura, además de sistemas infrarrojos y difusores de gases lacrimógenos.

Otro muro es el de Irak y Kuwait con barreras diversas, cercas electrificadas, alambres de púas, muros de arena y anchas zanjas de cinco metros de profundidad en kilómetros. Irán comenzó a levantar un muro en su frontera con Pakistán, en  Baluchistán, y los baluchis, que viven a ambos lados de la frontera, han quedado divididos. Alambradas y fortificaciones se extienden por media frontera de los 2.900 kilómetros entre India y Pakistán. India comenzó a levantar esta barrera a final de los ochenta y pretende que el muro se alce en toda la frontera. En Uzbekistán, vallas de alambres de púas y electrificadas más minas antipersonas separan el país de Kirguistán y Afganistán…

Muros contra el terrorismo, el contrabando, la inmigración irregular, por la seguridad nacional… Muros que no consiguen aquello para lo que han sido alzados, pero son causa e instrumento permanentes de violaciones de derechos humanos. ¿Cuándo comprenderán los mandatarios de este mundo que no se le pueden poner puertas al campo? ¿Cuándo, que atacar sólo síntomas nunca resuelve los problemas?